El pasado 15 de enero fue un día lleno de bendición ya que iniciamos un nuevo ciclo escolar, poder ver sonrisas en los rostros de los niños al entrar de nuevo al colegio nos llena de alegría y energía para seguir trabajando en nombre de Dios y servir mejor a los niños. De igual manera nos llena de satisfacción poder brindar a cada alumno su desayuno diario en este nuevo ciclo que aun comienza.
También damos gracias a Dios ya que el mismo día tuvimos la dicha de empezar clases con los jóvenes de secundaria y poder motivarlos a seguir adelante con sus sueños y brindarles la oportunidad de superarse como personas siempre teniendo presente a su creador.
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